Estaba solo cuando sonó el teléfono. Me levanté y atendí. Del otro lado de la línea una voz femenina dijo:
- Hola, ¿Esteban?
- No – contesté
- ¿Está Esteban?
- Voy a fijarme, por favor no cuelgues – dije y fui a revisar si efectivamente no había nadie. Al rato volví al teléfono:
- No, Esteban no se encuentra.
- ¿Quién es usted? – preguntó
- Pedro ¿y usted?
- No, yo no – Contestó
- ¿usted no, qué? – pregunté
- Que yo no soy
- ¿No es qué?
- Hay muchas cosas que yo no soy – contestó
- Qué casualidad, yo también hay muchas cosas que no soy - dije
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo, no soy doctor ni camillero
- Es verdad. Qué casualidad. Yo también no soy doctor ni camillero – dijo
- Esto es muy interesante. En definitiva uno es lo que hace - dije
- ¿usted que estaba haciendo? – preguntó.
- Yo no estaba haciendo nada ¿y vos?
- ¡Yo también! – dijo
- No somos nada
- Es verdad – dijo con entusiasmo – usted podría ser mi alma gemela
- Pero usted estaba buscando a Esteban – dije
- No, estaba buscando a mi alma gemela y parece que al fin la encontré
- Entonces ¿Por qué preguntó por Esteban?
- Porque quería estar segura de que no estuviera ahí. Creo que es muy celoso y sería capaz de hacer cualquier cosa - contestó
- ¿Es su novio?
- No.
- ¿Entonces, quién es?
- No sé, pero una vez conocí a un Esteban que era muy celoso y no quería arriesgarme – dijo
- Sí, es bueno tomar recaudos – dije
- Me gustaría conocerlo – dijo
- ¿A Esteban? - pregunté
- No, a usted
- Bueno, entonces puede venir a mi departamento – dije
- Y usted al mío - dijo
- Pero entonces no nos encontraríamos. Mejor venga usted a mi departamento y yo me quedo esperándola aquí - dije
- Buena idea.
- Anote mi dirección: Ayacucho 567 1º “C”
- Voy para allá – dijo y colgó
Tocaron el timbre, lo recuerdo como si recién hubiera pasado, y eso me tranquiliza porque acaba de sonar. Me levanto, voy hacia el portero eléctrico y pregunto:
- ¿Es usted?
- Si - contesta una voz masculina.
Aquí estoy ahora, tomando una cerveza con Esteban, un tipo genial y pensar que tiene tan mala fama.
- Hola, ¿Esteban?
- No – contesté
- ¿Está Esteban?
- Voy a fijarme, por favor no cuelgues – dije y fui a revisar si efectivamente no había nadie. Al rato volví al teléfono:
- No, Esteban no se encuentra.
- ¿Quién es usted? – preguntó
- Pedro ¿y usted?
- No, yo no – Contestó
- ¿usted no, qué? – pregunté
- Que yo no soy
- ¿No es qué?
- Hay muchas cosas que yo no soy – contestó
- Qué casualidad, yo también hay muchas cosas que no soy - dije
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo, no soy doctor ni camillero
- Es verdad. Qué casualidad. Yo también no soy doctor ni camillero – dijo
- Esto es muy interesante. En definitiva uno es lo que hace - dije
- ¿usted que estaba haciendo? – preguntó.
- Yo no estaba haciendo nada ¿y vos?
- ¡Yo también! – dijo
- No somos nada
- Es verdad – dijo con entusiasmo – usted podría ser mi alma gemela
- Pero usted estaba buscando a Esteban – dije
- No, estaba buscando a mi alma gemela y parece que al fin la encontré
- Entonces ¿Por qué preguntó por Esteban?
- Porque quería estar segura de que no estuviera ahí. Creo que es muy celoso y sería capaz de hacer cualquier cosa - contestó
- ¿Es su novio?
- No.
- ¿Entonces, quién es?
- No sé, pero una vez conocí a un Esteban que era muy celoso y no quería arriesgarme – dijo
- Sí, es bueno tomar recaudos – dije
- Me gustaría conocerlo – dijo
- ¿A Esteban? - pregunté
- No, a usted
- Bueno, entonces puede venir a mi departamento – dije
- Y usted al mío - dijo
- Pero entonces no nos encontraríamos. Mejor venga usted a mi departamento y yo me quedo esperándola aquí - dije
- Buena idea.
- Anote mi dirección: Ayacucho 567 1º “C”
- Voy para allá – dijo y colgó
Tocaron el timbre, lo recuerdo como si recién hubiera pasado, y eso me tranquiliza porque acaba de sonar. Me levanto, voy hacia el portero eléctrico y pregunto:
- ¿Es usted?
- Si - contesta una voz masculina.
Aquí estoy ahora, tomando una cerveza con Esteban, un tipo genial y pensar que tiene tan mala fama.
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