domingo, 1 de mayo de 2011

LA LOGIA DEL CUCURUCHO

El helado de super dulce de leche, tal vez hubiera sido un manjar de los dioses del olimpo si estos no hubieran desaparecido antes de la invención del mismo. Fue, según dicen, Marco Polo el que llevó a Italia el helado, de regreso de uno de sus viajes a Oriente. Es decir que el invento es más viejo que el cristianismo. Sin embargo, habiendo pasado ya tantos años nadie ha superado ni resuelto el fallido e ineficiente diseño del cucurucho. Este envase absurdo nos obliga a comer el helado nerviosa y rápidamente para que no se derrita ni derrame su contenido sobre nuestra ropa, piso y manos. El problema es mayor cuando llevamos a tomar un helado a nuestros hijos, sobrinos y otros menores que suelen ser menos hábiles que nosotros.


¿De dónde viene este envase? Durante años esta delicia se sirvió en tazones o platos, hasta que en 1904, durante una feria en Sant Louis se unieron el heladero Arnold Fornachow y el panadero Hanwi, quien enrolló una de sus galletas y colocó adentro el helado de Fornachow que atendía en el stand contiguo.

¿Por qué? ¿Cómo llegó a ser tan popular? ¿Cuál es el misterioso motivo por el cual nadie se animó a modificarlo a pesar de sus obvias fallas de diseño? En la última década alguien inventó un artilugio de plástico dentro del cual se introduce el cucurucho con el fin de recoger lo que el cucurucho desperdicia en su incompetencia. ¿quién es? ¿cómo se llama? ¿dónde está? Nadie lo sabe y no es casualidad. Se dice que después de su invento debió refugiarse en el polo norte para poner a salvo su vida allí, único lugar donde la Logia del Cucurucho (cuyo origen se remonta a 1904 y que ha logrado insospechadas influencias en gobiernos de casi todo el globo terráqueo) no tiene incidencia.

Tal vez la humanidad avance por sobre la opresión de esos oscuros intereses “enconados” e invente, por ejemplo, el cucurucho autorefrigerante que conserve al helado a una temperatura tal que, contrarrestando el calor del verano, lo mantenga en su estado sólido cremoso o incluso podemos volver al antiguo tazón que nunca deberíamos haber abandonado.

Dentro del mismo tópico es ineludible abordar el tema de las cucharitas de helado ¿alguien sabe por qué son chatas? ¿acaso son una versión evolucionada de los palitos chinos? ¿cómo hacían los chinos para comer helados con palitos chinos? ¿cómo hizo Marco Polo para llevar el helado desde China hasta Europa sin que se derritiese? Muchos de estos interrogantes tal vez nunca se develen pero, señoras y señores, es hora de que el mundo sepa que ya se inventó la cucharita cóncava, una verdadera maravilla de la tecnología que el hombre utiliza desde el neolítico. Una de las primeras cosas que hizo la humanidad cuando salió de las cavernas para convertirse en una especie sedentaria fue inventar la cucharita cóncava, ¿Por qué ese empeño en darle marcha atrás a la evolución humana? Sépanlo los desprevenidos: el helado se derrite. El cucurucho y la cucharita chata (sea de madera o de plástico) son una combinación maldita ya que si el helado está destinado a derramarse por sobre el borde de su envase, al menos tengamos la decencia de contar con cucharitas adecuadas y capaces de acoger en su interior el helado derretido hasta que llegue a nuestras bocas.
Manifestémonos en paz y marchemos por nuestros derechos, no al derramamiento del helado, Nunca más.

Hasta la victoria siempre que se pueda

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