sábado, 22 de enero de 2011

Aurelia, el paramecio

Ayer salí a tomare un café con leche a un bar del barrio, me encontraría ahí para jugar una partida de ajedrez con un paramecio que había conocido en el laboratorio en el que trabajaba. Yo trabajaba en el laboratorio, el paramecio sólo estaba allí para ser observado.
Por supuesto que le gané de manera humillante y luego procedí a burlarme de él y de su forma de suela de zapatilla. Aurelia, como lo llamábamos los conocidos, ofuscado me propuso desde sus 0,05 milímetros de altura otro desafío. “Es simple”, me dijo con dificultad mientras  absorbía y expulsaba café con leche a través de su membrana externa. “Cada  uno cuenta en voz alta sus propias células, el que termine primero gana. El que pierde paga la cuenta”. Acepté el desafío confiado en la lentitud de Aurelia.
Empezamos el conteo con la supervisión del mozo. “Tres millones “dije mientras el paramecio se invaginaba y producía asquerosos desechos mediante sus vacuolas de secreción. “Tres millones quinientos mil”, parecía que Aurelia estaba a punto de reproducirse (gracias a dios asexualmente) lo cual duplicaría su trabajo de conteo. Estuve a punto de decir cuatro millones cuando se escuchó un grito jactancioso y triunfal: “¡Uno!”.
El mozo extendió la mano hacia mí exigiendo el pago de la cuenta mientras Aurelia dejaba ver impúdicamente su alegría y movía provocativamente su núcleo eucariota.

4 comentarios:

Andy dijo...

Es genial! Nunca subestimes a una eucariota! :P

Viejex dijo...

Ese paramecio se abusa de su don de gentes. Otro le habría espetado algún insulto aludiendo a su dudosa sexualidad. Digo, ¿no? Aurelia no me parece un nombre digno de un paramecio bien bien hombre...

Viviana Chapa dijo...

Ups.
No sabía nada de paramecios y no me quedó otra que buscar en internet. Ahora, digo yo, el Aurelia ese...anda suelto/a??? Tengo miedo!

Dario Kullock dijo...

Andy: Voy a seguir tu consejo la próxima vez que tenga una salida con un eucariota.
Viejex: hay hombres que parecen menos aún.
Viviana: no te preocues, son inofensivos/as.