El barrio donde vivía está compuesto por varias manzanas dispuestas en torno a una plaza central con forma circular. La plaza es tan pequeña que cuando iba a caminar a su alrededor, con sólo dar un paso ya completaba la vuelta a la plaza y me pasaba a mí mismo.
Como fui educado para la auto superación me volví muy competitivo conmigo, así que al verme pasar a mi lado comencé a apurarme de tal modo que inmediatamente me puse a la par y volví a pasarme. Por supuesto que aceleré mis pasos y como consecuencia, volví a superarme.
Harto de verme sobrepasado por mí a pesar de los infructuosos esfuerzos por no dejarme superar me detuve exhausto. Frustrado por la nueva dificultad que encontraba ahora para alcanzarme a mí mismo cuando estaba parado, abandoné el barrio y me mudé a uno con una plaza enorme.
Ahora estoy corriendo alrededor de la nueva plaza y aunque lo hago a todo lo que dan mis piernas no logro ni siquiera verme en el horizonte. Para mi tranquilidad y consuelo, al mirar atrás, tampoco me veo seguir mis pasos.
He decidido ahora, caminar tranquilamente. En todo caso, si me veo venir, comenzaré a correr otra vez.
2 comentarios:
Felicitaciones, ya no sos más un perro persiguiéndose su cola :P
uno como persona debe siempre buscar el amor, la autosuperacion, la felicidad ya despues las demas metas en la vida llegaran solas
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