domingo, 10 de junio de 2012

Querido diario (domingo 10 de junio. 2012)


Querido diario:
Es muy agotador andar cambiando de gustos tan rápidamente. En los noventa fui menemista, estaba entusiasmadísimo con la privatización de todo lo privatizable y todos estaban contentos pero resulta que ahora tengo que ser kirschnerista. Estoy medio confundido pero cuando lo vi a Menem… ¡Cómo le quedó la cara! ¿Cómo no me di cuenta de que era un monstruo? Encima era un turro, privatizó todo. Tengo miedo de ser menemista. No tengo ningún problema con ellos. Si comen cualquier porquería que le venden, allá ellos.
La situación, con el tema de la política, es difícil. Tengo miedo de decir que me encanta Cristina de Kirschner y ni hablar de Macri. Igualmente tengo que tomar una postura, me lo dijo un amigo. Así que a veces voy a alguna actividad que hace una agrupación que se llama “El Quijotero”. Son militantes de la Cámpora. Para que no digan que soy apolítico. Eso está mal, parece. En realidad me tiene que parecer mal, todos me lo dicen.
A veces a la noche, después de cenar, cuando tomo mi té de la noche y miro la tele siento miedo al pensar que tal vez sea apolítico. No tengo nada contra los apolíticos, tengo amigos que lo son. Yo los respeto. Si les importa un bledo los demás, allá ellos. Yo seguiré siendo revolucionario junto a mi presidenta hasta la muerte. No importa si la de ella o la mía. Si yo muero primero ya no importa, aunque me da miedo ser muerto. Pero si se muere ella ya veré…

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