El cuerpo humano no es perfecto. El mío, sin ir más lejos,
es bastante imperfecto y yendo más lejos, también. Dos piernas, dos brazos, dos
ojos. Tenemos un montón de cosas que vienen de a dos y por lo común es una
ventaja, siempre y cuando el funcionamientos sea simultáneo, (como por ejemplo
las orejas), o por lo menos complementarios, como por ejemplo los pies, que se
alternan para caminar avanzando de a uno por vez.
Cuando quiero tocar la guitarra, por ejemplo. En esas
ocasiones es bueno que cada mano mantenga su independencia de la otra.
Con los ojos es otra cosa porque si no se ponen de acuerdo
me pongo bizco o estrábico, se me hace difícil leer o escribir o ando guiñando
el ojo a medio mundo.
Con el cerebro tengo algunas dificultades extras que son
bastante más importantes. Un hemisferio y el otro piensan cosas diferentes, a
veces se comunican y salen cosas copadas, pero hay días en los que uno piensa
cosas terroríficas y el otro hemisferio se ríe. La gente me mira extrañada
porque mis ojos miran con miedo mientras que el resto de mi cuerpo entra en una
especie de espasmos de risa. No es cómodo.
Fui al médico, este me derivó a un psicólogo, este me derivó
a otro especialista y así estuve meses, derivando de un consultorio a otro y
aunque nunca fui un buen paciente, no tuve más remedio. Será por eso que el
último doctor que me vio me dio algunos y me dijo que tengo algo así como una
doble personalidad y aunque me parece lógico ese diagnóstico, al mismo tiempo
me parece un disparate (lo cual, dada mi condición, es lógico). Quise salir corriendo del consultorio, y lo
hubiera hecho si el doctor no me hubiera gritado “¡Deténgase!”. Lo hice, extraje
unas esposas y me esposé mientras me decía a mí mismo: “Quedo yo detenido,
puedo guardar silencio, todo lo que diga puede ser y será usado en mi contra.
Puedo contratar un abogado pero si no tengo dinero el estado me proporcionará
uno.”
Salí del consultorio, ya en silencio, temí que lo que yo
dijera también pudiera ser usado en mi contra. Hay veces que lo que uno no dice
también puede ser usado en contra de uno mismo. Dicen que el que calla otorga y
de esa manera yo podría estar otorgando cosas que no otorgaría si hablara.
La vida es muy complicada, ahora no sé si hablar porque
puede ser usado en mi contra, o callar porque podría estar otorgando. Hacer las
dos cosas al mismo tiempo es imposible, intenté y no pude.
Hay muchas otras cosas que ya desistí de hacer porque no me
salen. Por ejemplo comer con la boca cerrada. No hay caso, no sé cómo se hace.
Si cierro la boca no tengo por dónde meter la comida, tengo los labios y las
encías todas lastimadas de intentarlo. Ya no lo hago, uno tiene que reconocer
sus limitaciones para poder encontrar sus virtudes. Eso decía mi abuelo, el
mismo que me decía que tengo que comer con la boca cerrada.
Mi abuelo tenía muchos concejos. Siempre estaba dispuesto a
enseñarme cosas útiles para mi supervivencia en sociedad. La mayoría son muy
difíciles de cumplir:
“No hables con extraños”. Si no hablo con extraños nunca van
a dejar de ser extraños y así no puedo hablar nunca con nadie.
“Tratá de hacer buenos amigos en el colegio”. ¿cómo voy a
hacer amigos en el colegio si no puedo hablar con nadie?
“Nunca te cases con un marinero bengalí”. Ese consejo lo
puedo poner en práctica con facilidad, no es un consejo de mi abuelo pero sí de
Miguel Abuelo. Algo es algo digo yo, y esta es una verdad indiscutible. Algo es
algo y no otra cosa porque; algo es algo y otra cosa es otra cosa.
4 comentarios:
Su abuelo debe haber sido una persona notable. Pocas personas deben haber que tengan más de un concejo. El intendente de mi ciudad, por ejemplo, tiene uno, nomás. Aunque en realidad el concejo no es suyo, dicen que es nuestro, de todos. Cuantas cosas no entiendo! Porque la verdad, para la porqueria de ordenanzas que hacen, haríamos bien en venderlo y comprarnos otro. Sin embargo, ahora que usted (¿debo decir ustedes?) me hizo pensar, entiendo eso que una vez escuché:
Un padre que da concejos, mas que padre es un hinchapelotas
Mire que se pueden dar cosas, ¿eh? pero ¿se imagina que a uno le regalen un concejo? Bueno, a mi intendente le dieron uno...con razón anda de tan mal humor.
Pobre hombre.
Bien por Miguel Abuelo, que al menos dio un consejo "cumplible".
viejex: Si el consejo anda repartiendo ordenanzas, le encargo uno, conozco un edificio donde necesitan un ordenanza.
Anahí, es aconsejable dar consejos cumplibles.
Darío, te aconsejo algo: seguí con estos relatos, para mi son lo mejorcito de tu cosecha.
Graciela Arbiser
Publicar un comentario