sábado, 6 de abril de 2013

El árbol que canta

Hay un árbol en Gurruchaga y Acevedo. Tiene una copa densa. A las 17:30 hs todos los días de marzo una colonia de pájaros tan abundante como la misma copa, canta. Ellos cantan entre las ramas produciendo un temblor en el follaje. Si no fuera por su color pensaría que las hojas saltan de una rama a la otra cuchicheando. Pero son pequeños pájaros negros.
No se puede pasar desoyendo la sinfonía que vibra desprendiendo hojas como si lloviera verde.
Salgo de casa y camino cuatro cuadras hasta la esquina del árbol. Me quedo un rato, escuchando. A medida que el mes avanza ese momento mágico, será más mágico y más breve.
Pienso que en su forma de ser pájaros su belleza es natural e inevitable.

4 comentarios:

Viejex dijo...

Muy poético, muy apropiado a este otoño tan melancólico.

P/D: Fíjese que al hacer alguna corrección, imagino, le quedó una frase incompleta. Si no fuera por su .... pensaría que las hojas saltan de una rama a la otra cuchicheando

Dario Kullock dijo...

Gracias por su comentario y su corrección.Aprovecho para pedir ayuda con Diez palabritas de miércoles papales. A ver que se le ocurre a usted que es el ganador del célebre concurso polisémico

Viejex dijo...

Me gusta la propuesta. Algo ya teníamos, me parece. Lo busco y se lo envío por mail

La lectora dijo...

¿si no fuera por su... qué? Ojo que ahí faltó una palabrita. Y hablando de palabritas, muy buenas las diez papales.
Un beso ¿ya te convertiste en pájaro?