domingo, 25 de marzo de 2012

AUTOESTIMA


-¿Cómo me veo?- le preguntó a la vendedora, mientras salía del probador con el flamante vestido de gasa.
-No podría decirle.
-¿Cómo? ¿Por qué?- preguntó con asombro
-Porque no sé cómo se ve.
-Entonces míreme y dígame cómo me veo.
-Yo la miro, pero por más que la mire no le puedo decir cómo se ve.
-¿Usted no ve bien?
-Sí, veo bien, ese no es el problema. Yo sé cómo yo la veo pero no sé cómo se ve usted a usted misma. Eso debería decirlo usted.
-Es una forma de decir, señorita, digo “¿cómo me veo?” y quiero decir “¿cómo me ve?
-Eso es un problema, si quiere decir “'cómo me ve” debería decir eso y no otra cosa.
-Es como una metáfora ¿me entiende?
-No, una metáfora es “el cielo estrellado es una manta oscura poblada de luciérnagas”, lo que usted dice es una muestra clara de la dependencia que tiene ante la mirada de los otros, en este caso, la mía.
-Entonces no me va a decir cómo me veo.
-Le da demasiada importancia a la mirada ajena, usted véase como quiera o como pueda, mírese al espejo y pregúntese “¿cómo me veo?” y luego puede contestarse, me veo bien o mal o como sea que se vea. Yo no soy su espejo así que va a tener que contestarse a sí misma a menos que quiera saber cómo la veo yo a usted para luego saber cómo debería verse usted a usted.
-Pensé que le estaba haciendo una pregunta simple pero se ve que me equivoqué.
-No es simple, debería ahorrarse el dinero del vestido e invertirlo en una buena terapia que la ayude a resolver el problema de su autoestima.
-¿Qué problema? Si no tengo ningún problema.
-Ese es el problema, problema tiene, lo que no tiene es autoestima.
-¿Le parece?
-Absolutamente.
-¿Acaso usted tiene?
-Sí, de la buena.
-¿Me vendería algo de autoestima? Yo no tendré autoestima pero lo que tengo es dinero y puedo comprarme la autoestima que quiera.
-Sí, cómo no. Tome, pruébese esta autoestima y vea cómo le queda-
La compradora entró al probador y salió satisfecha con su autoestima recién adquirida.
-Me queda muy bien ¿usted qué opina?
-¿Sobre qué tema?
-Sobre el tema de la autoestima.
-No podría decirle nada al respecto, se la acabo de dar a usted y no puedo opinar sobre algo que no tengo, no me siento capacitada.
-Debería capacitarse, estamos hablando de su trabajo como vendedora. Debería mostrarse más segura de sí misma a la hora de vender.
-Ahora no puedo, no tengo autoestima, le di lo último que me quedaba.
-Tal vez si se pone un vestido que la haga hermosa pueda recuperarla. Pruébese uno.
La vendedora inmediatamente se probó uno y al salir del vestidor dijo:
-Creo que me queda muy ajustado ¿no? ¿Usted qué opina? ¿Cómo me veo?

4 comentarios:

Viejex dijo...

Magnífico. Solo un detalle, Kullok. Me parece que no debería decir gaza sino gasa.

No creo que me haya quedado un comentario aceptable, ¿que le parece a usted? ¿No tendría alguna idea ingeniosa que me pueda dar para poder comentar como se debe?

Dario Kullock dijo...

Buen comentario el de gasa, inmediatamente lo corrijo. Con respecto aconsejos, no se me ocurre nada ¿usted que me aconseja?

Viejex dijo...

No sé. Que contrariedad...la vendedora se quedó sin autoestima...¿y si probamos con un yogur?

diegose dijo...

Muy bueno. Salvo el final, algo predecible, me hace acordar a Leo Masliah.